El trabajo pretendía hacer un retrato personal de cada compañero, una orla de grupo a través de algo aparentemente anónimo pero que jamás lo es, partiendo de la consideración de que cualquier parte de nuestro cuerpo, tanto desnuda como vestida es capaz de contar algo acerca de nosotros desde la edad hasta nuestros gustos personales.

Se pretende mostrar una visión diaria tanto de los pies como de los zapatos como objeto de arte, como forma armónica en su diversidad.

La visión de los zapatos demarca los estilos, la moda, o el carácter que también se ve reflejado en las poses de los propios pies tanto desnudos como vestidos.

Estas posturas muestran gente con sentido del humor, con vergüenza, gente extravagante, gente rotunda o introvertida, etc…

Es una forma plasmar la realidad de un elemento oculto, que sin embargo está a la vista de todos, y de cómo la observación de este elemento por otro individuo puede desatar nuestro pudor más exagerado. Y por eso la razón de desnudarlos para mostrar que aun con diferencias físicas, somos todos iguales.

BREVE HISTORIA DEL ZAPATO:

A lo largo de los siglos nos ha acompañado siempre un elemento que nos sirve de mucho, el Zapato.

Desde los antiguos romanos hasta nuestros días, es parte de nuestra vida diaria y protección de aquello que nos sirve de sustento de nuestro cuerpo, nuestros pies.

Durante toda la Historia de la Humanidad este elemento se ha conformado mediante la utilización de diversos materiales, desde madera pasando por el metal, el cuero y la tela, hasta la actualidad en la cual los materiales que se emplean son múltiples y de variadas características.

Los usos y sentidos de los zapatos son tan variados como sus formas y materiales, durante todos estos siglos se han usado como necesidad de protección, del frío, la lluvia, o del suelo incomodo, sucio o peligroso y pueden ser zapatos de trabajo exclusivamente, enfocados a la práctica de algún deporte, como correctores de alguna anomalía física, o incluso como objeto fetiche.

En sus inicios, los zapatos solo eran utilizados por personas de clase social alta, convirtiéndose así en símbolo de distinción social, son un pequeño reflejo de nuestra personalidad latente en este elemento que parece pasar desapercibido, pero que nunca es inadvertido por aquel que nos mira, y se convierte así en un objeto más del análisis psicológico y social de cada persona.

En la Actualidad han trascendido de su función práctica y hoy en día se convierten en objeto de moda imprescindible e incluso casi en objeto de culto para coleccionistas de zapatos de grandes diseñadores, o personas que pretenden mostrar su gran poder adquisitivo a través de estos.

Quienes somos, a que nos dedicamos, donde vivimos, como caminamos, cuanto caminamos, en que trabajamos, que deportes realizamos, toda esta y más es la información que podemos ver a través de aquello con lo que cubrimos nuestros pies.

Los pies siempre han estado marcados por el fetichismo, son objeto de él también desde los albores de la Historia, la prueba por ejemplo está en los zapatos de madera que en Oriente se pone a las mujeres para parar el crecimiento de sus pies, pues se considera a las mujeres con los pies pequeños mucho más atractivas. De este modo y bajo un gran sufrimiento las mujeres dejan que sus pies se conviertan casi en muñones a demás de en símbolo de sumisión bajo una sociedad completamente patriarcal.

En Europa, el fetichismo también está muy enlazado con los zapatos, desde beber champagne en un zapato de mujer, cosa que se suele hacer en algunas ceremonias de boda, hasta ser objeto de sadomasoquismo. Desde lo más publico hasta lo más privado del ser humano el zapato sobretodo de una mujer se puede convertir en objeto fetiche.

Y en todos los casos son aquello que separa nuestro cuerpo del suelo, de lo terreno, de lo mundano. Y una vez nos los quitamos para caminar descalzos, se convierten los pies en la unión de nuestro cuerpo con la naturaleza, al caminar por la hierba o la arena de una playa, y de este modo esa unión se convierte en un placer.

En el arte ya en cuevas de la época prehistórica se pueden encontrar improntas de pies tal y como se hacía con las manos. Artistas como Van Gogh, reflejaron la importancia que para ellos tenían sus zapatos, cada artista con su visión particular de este objeto, en el caso de Van Gogh, con mucha polémica alrededor de ellos, pues nadie ha conseguido saber cierto la razón suya al pintarlos.
Mientras artistas como Jane Hardmond utilizan las huellas de los pies como lienzo, en países árabes el lienzo es el pie directamente, cuando se realizan en ellos los dibujos de Henna que se hace a las novias en con el fin de que sean más atractivas para sus maridos.

Así el pie y su recubrimiento, el zapato son reflejo de nosotros mismos y de nuestra historia.